Tras el juego entre los Dallas Cowboys y Green Bay Packers, el AT&T Stadium se convirtió en un refugio ya que varias personas se quedaron dentro luego de que se emitiera una alerta por tornado e inundaciones en Arlington, Texas.
Las autoridades del inmueble cerraron todos los accesos y algunos se quedaron dentro. Tanto en las gradas como en el campo de juego, las personas estuvieron esperando a que se pudiera salir del recinto.
La mayoría de los jugadores de ambos equipos se quedaron en el área de vestidores, aunque sólo Ezekiel Elliott y Dak Prescott salieron al emparrillado.