Hace 25 años se escribió una de las páginas más gloriosas del deporte mexicano. En el Hotel Hilton de Las Vegas, Julio César Chávez se enfrentó a Meldrick Taylor, en una pelea por el Campeonato Superligero del CMB.
Los dos eran los mejores boxeadores de la categoría y estaban invictos. Antes de la pelea muchos daban como favorito a Taylor, aunque Chávez sorprendió en los últimos segundos del combate.
En entrevista con RÉCORD, el mexicano recuerda aquella pelea, la cual no duda en señalar como la más grande de su carrera, pero que fue la que más sufrió, e incluso pensó en darse por vencido.
- ¿Qué significa esa pelea contra Meldrick Taylor para Julio César Chávez?
Primeramente, significa la pelea más grande de toda mi carrera, por qué, porque peleé contra el peleador más grande en ese momento, que era Meldrick Taylor, estaba considerado el próximo Muhammad Ali, el próximo Sugar Ray Leonard, entonces había muchos intereses de por medio.
Fue una pelea dramática, sumamente difícil, dura para mí, porque peleé al mismo nivel que Meldrick Taylor, él era un peleador sumamente rápido, fuerte; yo no quería verme tan lento cuando peleé con él, hice un esfuerzo sobrehumano en esa pelea, estuve peleando los 12 rounds al mismo ritmo que él.
Salí con la convicción de noquearlo y cuando lo puse mal, no lo dejé ir, afortunadamente cuando lo tumbé y se levantó, se levantó muy mal, la verdad, estuvo sumamente bien parada la pelea.
Terminándose la pelea, yo le decía a mi hermano Rodolfo que me sacara del ring porque me iba a desmayar, mi esfuerzo fue sobrehumano y yo quería vomitar; si hubiera vomitado me hubiera dado un derrame cerebral, afortunadamente gracias a Dios no vomité. Fue una pelea muy dramática, donde terminé sumamente agotado, estuve a punto de irme al hospital, él sí se fue al hospital, yo no.
- ¿Tuvo fortuna de que Taylor saliera a pelear en ese round 12?
Salió a tratar de noquearme, era un valiente, en ese momento Meldrick no le hizo caso a la esquina, si le hubiera hecho caso la pelea la hubiera ganado él, pero en el pecado llevó la penitencia.
- Cuando lo tira, ¿piensa que Taylor se podía recuperar?
Te lo juro por Dios, no me importaba que se levantara o no se levantara, yo lo que quería era que sonara la campana, porque estaba sumamente agotado, sentía que me iba a desmayar, entonces no me importaba ganar o perder en ese momento, porque yo estaba desahuciado, si se puede decir.
- Con todo el cansancio que tenía, ¿se dio cuenta de la magnitud del triunfo?
Me di cuenta porque fue un estallido ahí en el (Hotel) Hilton increíble, aparte estaba paralizado todo México porque era una pelea sumamente importante donde mucha gente pensaba que iba a perder, pero me prepare a conciencia para esa pelea, como nunca, porque sabía de la peligrosidad de Meldrick Taylor, sabía que era un peleador muy rápido, muy fuerte, sabía que pegaba duro, entonces tenía que ir al cien por ciento sino me hubiera ganado.
- ¿En algún momento de la pelea pensó que perdía el invicto?
Sí, hubo un lapso en la pelea donde me sentía sumamente agotado, sumamente cansado, pero mi espíritu combativo, el aliento de todos los que estaban presentes, era mucha motivación para mí, no podía claudicar.
- ¿En qué momento concretamente?
En el décimo round yo le conecto una derecha y él me conecta con otra derecha y luego me pega como 20 golpes seguidos, yo comienzo a cabecear y ahí en ese round perdí la noción. Es la única pelea en mi vida que yo perdí la noción de la pelea si se puede decir, y no me importa recibir con tal de dar, hasta el doceavo round fue que desperté, Búfalo' me gritó y me dijo: Julio, vas perdiendo la pelea'.
- Ahora a la distancia, ¿qué siente al ver el video de la pelea?
Fue una pelea dura. Si yo te dijera lo que sentía cuando estaba arriba del cuadrilátero no me vas a creer, la verdad, a veces me sentía con ganas de dejarme caer, sentía que ya no podía más, pero ese espíritu combativo que siempre tuve me empujaba para seguir adelante en la pelea.
- ¿Ha reflexionado sobre la importancia que tiene esta pelea en el boxeo mexicano?
La he analizado y sé que si hubiera sonado la campana en ese doceavo round, definitivamente hubiera perdido la pelea por puntos, pero eso no hubiera quitado la gran pelea que hice porque si ves la pelea siempre fui para adelante, siempre forcé la pelea, Meldrick Taylor nunca retrocedió, estuvo intercambiando golpes, eso me benefició mucho, si él me hubiera boxeado tal vez me hubiera ganado con bastante facilidad en 12 rounds.
- ¿Qué siente cada vez que los aficionados le recuerdan este combate?
Siento una gran satisfacción, un gran orgullo, porque donde quiera que voy, esa pelea es la más recordada, la más dramática, la más dura de toda mi carrera, lógicamente que siento bonito, alegría y satisfacción porque creo que el esfuerzo que hice en esa pelea valió la pena.