Pese a la salida de miles de capitalinos hacia las distintas zonas turísticas del país, el Home Run Derby de la Ciudad de México tuvo una importante presencia de aficionados a la pelota caliente, quienes además de observar el certamen, participaron en las distintas dinámicas ofrecidas en los alrededores del diamante de juego.
Desde muy temprano, la Plaza de la Constitución fue 'invadida' por fieles seguidores del beisbol mexicano, que se dieron cita frente a la Catedral Metropolitana para presenciar un evento que vive su segunda edición, en años consecutivos, y que nuevamente ofreció desde un juego de celebridades hasta clínicas con exprofesionales.
El flujo de aficionados fue tal, que las tres gradas implementadas alrededor de la plancha del Zócalo no bastaron para responder al aforo, toda vez que cientos de personas tuvieron que conformarse con apreciar el espectáculo alrededor de la cerca metálica que rodeó el campo de juego, nuevamente conformado por césped sintético.
Aunque en esta ocasión el ambiente no reflejó el colorido de la edición del 2015, donde se observaron desde pancartas hasta máscaras, el público respondió positivamente al esfuerzo de cuatro de los mejores bateadores de la LMB, quienes durante poco más de una hora entregaron sus mejores batazos al corazón de la ciudad.