Empapado por la lluvia, Alex Rodríguez preservó el buen humor en sus últimos momentos con un uniforme como jugador de los Yanquis de Nueva York en su partido contra los Rays de Tampa Bay.
La muy precipitada ceremonia que el equipo le preparó para su adiós del Bronx había quedado desteñida por un aguacero y ráfagas de relámpagos, pero nada de eso perturbó al bateador designado de origen dominicano.
Pero no se puede quejar con el juego al disfrutar de los vítores de principio a fin, un hit adicional y poder defender la tercera base por última oportunidad.
Luego que su homenaje terminó con un temporal, Rodríguez bateó un doble remolcador en el primer inning, poniendo fin a una seguidilla de 11 turnos sin dar hits. Tras el contacto nítido a una recta de 96 millas por hora de Chris Archer, entre el jardín derecho-central, la afición rugió
Con un promedio al bate raspando .200 y necesitado de cuatro jonrones para alcanzar el exclusivo club de los 700, el toletero de 41 años de edad —odiado y amado por igual— pudo al menos tener la satisfacción de un último juego en casa que contó con la presencia de su madre y dos hijas.
Cuando las gotas de lluvia arreciaron, el acto adquirió tintes surreales. Todos se apuraban para cumplir con lo previsto, incluyendo la entrega de una almohadilla al número 13. Justo después que la voz de Paul Olden, el anunciador del estadio, retumbó por los parlantes al decir, "Alex, cumpliste 12 de tus 22 temporadas con los Yanquis", el ruido fuerte de un trueno estremeció al estadio.