La oficina del gobernador de Texas, Greg Abbott, informó el que ha recortado cerca de seis millones de dólares de fondos para el Gran Premio de Estados Unidos, lo que genera dudas sobre el futuro de la carrera, a tan solo cuatro años de que comenzó a realizarse en Austin.
Con la realización del GP, se confiaba en que la Fórmula Uno tuviera una presencia de largo plazo en territorio estadounidense.
Los funcionarios del Circuito de las Américas, una pista de 300 millones de dólares construida específicamente para ser la sede del Gran Circo, han dicho que de antemano recibieron un duro golpe financiero este año cuando las tormentas estuvieron a punto de quitarle dos días de actividades al fin de semana de la carrera en octubre.
Funcionarios del Circuito han sostenido que les fueron prometidos 25 millones de dólares anuales por 10 años del fondo estatal, dinero público usado en su mayor parte en la gestión comercial por los derechos para efectuar la carrera, en un acuerdo al que se llegó con el exgobernador Rick Perry y la exauditora estatal Susan Combs.
Pero Perry y Combs ya no tienen esos cargos, y el fondo fiduciario pasó a manos de la oficina de Abbott este año.
La carrera aún recibirá 19.5 millones de dólares de la porción estatal del fondo, y el dinero de los contribuyentes locales elevaría esa suma a 22.7 millones, de acuerdo con la oficina de Abbott. Pero eso es casi seis millones de dólares menos que en 2014 y cerca de siete millones menos que los dos años anteriores.