Atlantis se ha caracterizado por tener una de las trayectorias más impecables en la historia de la lucha libre mexicana. Pese a defender el bando técnico durante la mayor parte de su carrera, un sector de la afición recuerda con más nostalgia su faceta ruda en donde se llevó el repudio del aficionado por el nivel de maldad desplegada en el ring. Hoy su heredero muestra señales de inclinarse por el camino de los rufianes.
Durante aquella etapa — a finales de la década de los 2000 — Atlantis le demostró a la afición lo versátil que podía llegar a ser. Con Último Guerrero formó Los Guerreros de la Atlántida y al quebrarse la facción ambos rudos llegaron hasta las últimas consecuencias. El 19 de septiembre del 2014, la Arena México fue testigo de la caída del Luchador de Otro Nivel, quien ahora funge como mentor de Atlantis Jr en la esquina ruda.
“Yo me aventé 23 años como técnico y como la gente estaba aburrida quise darles una nueva faceta y me fue muy bien como rudo. Tuve ocho años y hasta tuve un premio: le gané la máscara al Último Guerrero”, mencionó el Ídolo de los Niños en una entrevista con RÉCORD. “Atlantis Jr ahí anda, nada más le dije que tuviera mucho cuidado con él, porque no se le ha de olvidar la lucha que le ganó su papá. Yo sé que es un gran profesional, y solo no le tiene que dar la espalda por cualquier cosa; aquí está su padre por si hay una anomalía del Último Guerrero”.
El Heredero de la Atlántida vive la presión de ser hijo de una leyenda que tiene los ojos de la afición sobre él. Atlantis es consciente de ello, pero da su sello de garantía por el sucesor de su legado quien en las últimas semanas ha dado muestras de rudeza sobre Stuka Jr y Euforia.
“Mucho aficionado dice que Atlantis Jr no está preparado, él está preparado. Aquí veníamos a entrenar desde los tres años”, mencionó el legendario luchador señalando el cuadrilátero de la México Catedral. “Tiene que tener pantalones mexicanos para crecer en la lucha libre, hay que enfrentarse a los rivales importantes y grandes para crecer. Si pierde no importa, se aprende más en un intento perdiendo que ganando”, concluyó.