Las tonalidades carmesí se apoderaron del cielo al tiempo que las luces de los autos dirigían su intensidad hacia el improvisado ring enclavado en una de las curvas del Autódromo Hermanos Rodríguez (AHR), que guardó el rugido de los motores de la Fórmula 1 para una mejor ocasión. Porque la nueva normalidad suprimió la masificación pero no pudo arrancar las tradiciones que representan el folclor y la cultura mexicana como la lucha libre, que encontró un refugio a la pandemia dentro de los autos.
La Lucha Libre AAA ideó una fórmula para devolver a la vida al deporte por antonomasia de las raíces de un país que encuentra un motivo de orgullo en los ensogados. Entre su infinita lucidez para encontrar el éxito, la organización luchística se apoyó en una vieja usanza de los años 50 cuando el auge de los autocinemas llenó de vida a toda una época para presentar Autoluchas, un producto que espera contrarrestar los efectos de la pandemia de Coronavirus.
"La primera vez que subí a un ring sentí emoción, nervios; pero al final sabía que era lo que me gustaba. Hoy, lo digo con sinceridad, hoy vuelvo a ver al amor de mi vida que es la lucha libre. Es como cuando tienes una cita y no sabes a kilo que vas, simplemente sientes ese nervio, esa diversión y como ganas de entregar el 1000%", describió a RÉCORD Big Mamy sobre su vuelta a los cuadriláteros en la nueva normalidad.
Big Mamy participó en una lucha contra Faby Apache y Hades, de la que resultó ganadora la hija del Apache. Pero poco importó el resultado, cuando la emotividad venció a la nostalgia y la realidad postergó sus caprichos para cederle a la lucha una tregua para brindar de nuevo su espectáculo a sus más recalcitrantes fanáticos, que con sus cláxones sustituyeron los gritos, pero la pasión fue la misma.
"Todo proyecto nuevo siempre da nervios pero como luchador profesional estás preparado. No sabíamos cuál sería la respuesta porque era la primera vez, pero la gente estaba muy prendida, estaba con la nueva normalidad, pero con la misma esencia de la lucha libre", apuntó Dave The Clown, quien formó parte de una lucha de parejas junto a Parka Negra contra Myzteziz Jr. y Octagón Jr.
Este nuevo mundo no tiene lugar para los lugares cerrados —al menos por el momento— debido a que incrementa la probabilidad de contagio, por lo que los luchadores fueron sacados de su hábitat en los gimnasios. Pese a ello, estar al aire libre poco les importó, por más que el frío otoñal les estrujara hasta los huesos.
“Es totalmente distinto, siempre estamos en áreas cerradas y para nosotros a veces es más fácil y estar en un ambiente abierto se nos complica más. Pero cuando estás arriba del ring y ves a los carros que están pitando, el frío pasa a segundo término, porque nosotros nos debemos a eso, a que la gente que se venga a divertir”, puntualizó Big Mamy.