Blue Demon es el gran villano dentro de la historia de la lucha libre que reclamaba una antítesis para la popularidad que tomó el Santo durante la época de oro de este deporte en nuestro país. El Demonio Azul fue la representación del mal dentro de los cuadriláteros; sin embargo, la clase que mostraba en los encordados lo convirtió en un rudo con una técnica que ni los mismos científicos del ring tenían.
El enemigo por naturaleza del Santo portaba una máscara que nunca antes se había visto en las arenas de la República Mexicana. La combinación del azul rey y el color plateado le daba mucha presencia a un hombre que tenía un físico impresionante. El antifaz que tenía resaltaba por los dos picos arriba de los ojos que asemejaban a un murciélago.
Verlo desfilar hacia el cuadrilátero con su indumentaria resaltada en dos colores era un deleite para los aficionados; la sola presencia de este personaje intimidaba al que apenas lo conocía, ya que la seguridad y determinación fueron dos de sus más grandes características.
Estaba encomendado a sembrar el terror en las arenas en las que se presentaba, pero poco a poco el público le perdió el miedo y lo transformó en un respeto pocas veces visto. Las capacidades que tenía Blue Demon sorprendían a los conocedores y a los aficionados que apenas se adentraban en este mundo.
Incluso, cuando la Leyenda Azul incursionó como técnico, su rudeza salía a flote. El Demonio Azul fue un hombre que vivió en el limbo entre los dos bandos y el público lo aclamaba en la esquina que estuviera. El también conocido Manotas fue el hombre que vivió en medio del bien y el mal, a la altura del mismísimo Santo, con quien mantuvo la rivalidad más popular de la historia del pancracio.
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