Ariarne Titmus confirma ser la reina de los 400 metros libres. La nadadora australiana de 23 años se colgó su tercera medalla de oro en los Juegos Olímpicos luego de imponerse con superioridad a la canadiense Summer McIntosh y a la legendaria estadounidense Katie Ledecky.
Titmus repitió el primer lugar conseguido en Tokio con cierta facilidad, terminando con un tiempo de 3:57.49, lejos del récord olímpico de Ledecky (3:56.46), pero muy superior a sus contrincantes, pues Summer se hizo de la plata al detener el cronómetro en 3:58.37 y Katie del bronce con tiempo final de 4:00.86.
Nacida en Launceston, Australia, Titmus mantiene su dominio sobre la máxima ganadora de oros individuales de la historia. Aunque Ledecky fue mejor en la clasificación, la lucha de las medallas quedó bastante lejos de pelear por la presea dorada; aun así, le alcanzó para subirse al podio.
Con esta victoria, no solo se reafirma el relevo historia de Katie hacia Ariarne como la ahora mejor nadadora del mundo, sino que también, la australiana consolida su legado en la historia de la natación olímpica, y aún le quedan dos competencias por delante en París 2024, en los 200 metros libres y en los 800 metros libres.