Uno de los momentos más trágicos que dejaron los Juegos Olímpicos de París 2024 fue la lesión de la española Carolina Marín, que buscaba su boleto a la Final de bádminton individual femenil. La deportista de Huelva enfrentó a la china Bing Jiao He, pero una lesión de la rodilla la obligó a abandonar el partido.
Marín, campeona en Río 2016, estaba adelante en el marcador 21-14 y 10-6, cuando su pierna derecha le traicionó. El diagnóstico, al parecer, fue una rotura de ligamentos, lesión que ya le había perjudicado en el pasado y que volvió en el momento menos esperado.
La jugadora de 31 años cayó a la cancha, debastada por el llanto e inmóvil hasta que su entrenador, Fernando Rivas, y los médicos se acercaron para atenderla. De inicio le colocaron una rodillera y la española trató de regresar al juego, pero después de dos puntos no pudo más.
Arrodillada, con la cabeza entre los brazos, dejó que el llanto corriera sin limitación alguna, rodeada por los brazos de su entrenador. Mientras que el público en el estadio La Chapelle se puso de pie y la ovacionó por su entrega.
Con su oro en 2016, Marín es la única deportista no asiática que se ha coronado en el bádminton en unos Juegos Olímpicos. Precisamente fue una rotura de ligamento cruzado la que le impidió defender su corona en Tokio 2020 y cuando parecía que en París 2024 volvería a la gloria, nuevamente tuvo que retirarse, traicionada por su propio cuerpo.