Existen muchas razones por las cuales un avión debe aterrizar de emergencia; sin embargo, un vuelo que iba de Australia a Kuala Lumpur vivió un hecho realmente insólito, pues tuvo que interrumpir su camino gracias a las flatulencias despedidas por dos mil 186 ovejas.
El problemas real no fue el mal olor que se impregno en la nave, sino que los gases acumulados por lo animales causaron que la alarma de humo se disparara y forzosamente se tuviera que volver a tierra.
Para fortuna de los cuatro tripulantes humanos y para las ovejas, en menos de tres horas de 'orear' el avión, pudieron emprender vuelo nuevamente, para llegar al destino.