En Japón, un bombero se dedicaba a provocar incendios con la única intención de sentir la emoción de apagarlos. El voluntario, de nombre Shota Kawasaki, fue descubierto por las cámaras de seguridad cuando ponía material inflamable en el techo del edificio afectado por el percance.
De acuerdo con una investigación de la policía local, el sujeto que ocasionó el incendio coincidía físicamente con el bombero Shota Kawasaki. Al día siguiente, el joven fue arrestado por ser el principal sospechoso de provocar el fuego.
Según los testigos, Kawasaki corría “entusiasmado” a sofocar los incendios que presentaban en la localidad de Kuroishi, Japón. Posteriormente, el bombero reveló que le gustaba experimentar la adrenalina de apagar incendios; por si fuera poco, es sospechoso de causar cinco incendios durante los seis meses que permaneció en activo.
El hombre, de 32 años de edad, fue empleado en una fábrica que hacía objetos de mimbre, hasta que decidió enlistarse como voluntario en el cuerpo de bomberos de Kuroishi. No obstante, su equipo de trabajo nunca imaginó que su compañero sería quien les provocaría su propio trabajo.