Derrota en la cancha y derrota en la tribuna. Ante la desesperación por otra derrota frente a Estados Unidos, la afición mexicana recurrió al grito homofóbido.
Con el segundo gol del Equipo de las Barras y las Estrellas, los seguidores tricolores que se dieron cita en el AT&T Stadium comenzaron a ofender al portero estadounidense en cada saque de meta.
Cerca del final, el árbitro canadiense Drew Fischer detuvo el encuentro por el protocolo de CONCACAF, en el Paso 1.
A pesar de que ya había aparecido esta sanción, la afición mexicana no entendió y continuó entonando una y otra vez hasta que finalizó el compromiso, deteniendo el partido una segunda ocasión al 96'.
Por otra parte, había otro sector del público que mostró su descontento con el marcador al retirarse de forma prematura del inmueble, dejando vacías las gradas poco a poco conforme se estaba acercando la recta final del compromiso.