El Estadio Alfonso Lastras será sede este viernes del cotejo eliminatorio entre México y Trinidad y Tobago, recinto familiar para el Tri por un par de encuentros que en la década pasada marcaron el debut de polémicos seleccionados.
En 2005, el combinado tricolor de Ricardo La Volpe llegó al duelo contra Guatemala en el recinto potosino con el pase al Mundial asegurado. Sin embargo, la polémica en torno al equipo estaba viva gracias a la convocatoria del argentino naturalizado mexicano Guillermo Franco, ídolo del Monterrey.
El Guille tardó pocos minutos en silenciar a sus críticos y desató la locura de todo el inmueble con el tanto del empate. El festejo de Franco fue muy emotivo, en un partido donde Kikín Fonseca anotó cuatro goles para redondear la goleada por 5-2 contra los centroamericanos.
Un par de años más tarde, la Selección Mexicana era dirigida por Hugo Sánchez. En aquel entonces, previo a un verano agitado con la Copa Oro y Copa América de 2007, se organizó un partido amistoso contra Irán en la ciudad de San Luis Potosí.
La novedad del listado de Hugol fue la inclusión de Nery Castillo, mexicano de ascendencia uruguaya que militaba en el Olympiacos griego. Como ingrediente especial, el habilidoso atacante regresaba a su ciudad natal.
El juego fue un auténtico recital del Tri, que finalizó 4-0 con tantos de Jared Borgetti, Jaime Lozano, Francisco Fonseca y Gerardo Torrado. A pesar de que Castillo no se hizo presente en el marcador, ofreció un gran partido y fue ovacionado por sus paisanos.
Esta actuación sería el preámbulo de un mágico verano para Nery, que deslumbró a nivel internacional y fue contratado por el Shakhtar Donetsk ucraniano en 20 millones de euros, cifra récord para un futbolista mexicano en ese tiempo.