México en El Salvador no es bien recibido. Este viernes la Selección Mexicana vivió un infierno creado por la fanaticada centroamericana, que no se tentó el corazón y agredió en todos los sentidos al Tri e incluso con botellazo quebraron la ventana del autobús.
El color verde es el más detestable en tierras salvadoreñas. El Tri recibió toda clase de insultos y agresiones a su arribo al Estadio Cuscatlán, que de seguro no tuvo nada.
Elementos de seguridad fueron incapaces de detener la hostilidad en cuanto la primera llanta del camión entró al estacionamiento del inmueble. En medio de poco mas de mil personas, el vehículo se fue abriendo paso de a poco para poder llegar a los vestidores, los cuales por si fuera poco están sobre la calle.
Los jugadores fueron descendiendo uno a uno entre botellas, piedras, manotazos e insultos. Si bien había una valla de policías, estos no pudieron detener ningún objeto que pasó por aire con el fin de agredir a los mexicanos. Por suerte ningún proyectil alcanzó la humanidad de los jugadores.
Durante el trayecto a los vestidores, una botella pegó en una de las ventanas y la quebró, acción que de inmediato fue señalada por Fernando Cerrilla, dirigente de la Federación Mexicana de Futbol, a las autoridades del estadio.
Pero los jugadores no fueron los únicos en recibir insultos, los aficionados aztecas que se dieron cita también fueron agredidos.
'El Caramelo' y 'El Santo', quienes siguen al Tricolor por todo el mundo, también fueron víctimas de la violencia salvadoreña. Ambos fueron agredidos e incluso les quisieron quitar un sombrero de charro y la bandera mexicana, objetos que pudieron recuperar tras una serie de empujones con los locales.