De principio a fin, la vida profesional de Johan Cruyff estuvo llena de éxitos; sin embargo, en la recta final de su carrera como futbolista traicionó al club de sus amores; la muerte de quien fuera su segundo padre fue el comienzo de una novela entre el Ajax y el mejor jugador que ha tenido Holanda.
Con tan sólo 10 años de edad, Cruyff ya formaba parte de las categorías inferiores del club holandés, dos años después muere su padre biológico; no obstante, rápidamente encontró el consuelo en el cuidador del campo del De Meer Stadion, entonces casa del Ajax.
Gracias a su acelerado crecimiento, vio su debut a los 17 años de edad en un partido frente al Groningen, ahí comenzaría la historia de éxitos al sumar 6 títulos de Liga, 4 Copas y 3 Copas de Europa.
Sus actuaciones provocaron que el Barcelona fijara su vista en él, por lo que a partir de la temporada 1973-74 se convirtió en blaugrana, con el objetivo de terminar con una sequía de 14 años sin ganar La Liga que padecía el club, y no quedó a deber, pues en su primera temporada les dio el trofeo de Liga.
Su segunda etapa en la Eredivisie sería más como jugador veterano, regresando al equipo que lo vio nacer, el Ajax, donde levantaría dos títulos más de la Eredivisie; en su última temporada en el club (1982-83) murió su segundo padre, noticia que le haría tener una considerable baja de juego, lo que propició que el club no lo renovara.
La ‘traición’ por parte de Cruyff llegaría de manera inmediata, ya que para la temporada 1983-84 fichó con el acérrimo rival del club de sus amores, el Feyenoord, con el que salió Campeón el primer año.