Las plazas públicas cercanas a la Plaza Roja, en Moscú, se han convertido en una fiesta de la reventa para la Gran Final de la Copa del Mundo y se encuentra a personas de distintas nacionalidades, algunos tratando de vender y otros de comprar entradas para el duelo que definirá al nuevo Campeón del Mundo.
Para este evento, la FIFA determinó vender a los rusos entradas más baratas y muchas de esas son las que circulan en la reventa, donde se pueden encontrar boletos desde los 800 euros el más barato, hasta los cuatro o cinco mil euros, en el caso de los de la categoría uno.
De acuerdo a los precios del organismo rector del futbol mundial, el boleto más caro para la Final costaba alrededor de mil 500 dólares; sin embargo, esas entradas ahora andan arriba de los cinco mil verdes. La policía solamente vigila que no haya desorden, pero de las transacciones no dicen nada.
Francia se convirtió en el primer finalista del Mundial al dejar en el camino a Bélgica. Mientras tanto, 'Les Blues' esperan rival que saldrá del duelo entre Inglaterra y Croacia.