Hoy presume tres Champions League consecutivas con el Real Madrid y una convocatoria mundialista con Brasil para Rusia 2018. Pero antes, no tenía dónde dormir con su familia.
Casemiro conoció las carencias en su niñez. Dormía amontonado con su familia y de casa en casa, porque en la suya no cabían, además de tenerla que hacer de papá de sus hermanos menores.
"No cabíamos mis hermanos y yo en nuestra casa, así que íbamos a veces a casa de mi tía y a veces a la de mi abuela. Hasta que entré al Sao Paulo supe lo que era tener un lugar propio para dormir.
"Mi mamá tenía que trabajar y nos dejaba solos a mis hermanos y a mi. Nos dejaba comida hecha y yo llegaba del colegio y calentaba para todos. Era el mayor y tenía que cuidar de mis hermanos hasta que ella volvía por la noche", reveló el volante de contención brasileño.