Les llegó el momento. Por los últimos ocho años, desde que fueron seleccionados como la sede de la vigésimo primera Copa del Mundo, el 14 de junio de 2018 ha estado en la mente de toda la comunidad rusa.
El evento deportivo de mayor convocatoria llega a tierra soviética, y Rusia tiene la obligación de hacer un papel digno y sobresaliente como responsable al ser anfitrión.
El rival se presta a ofrecer un futbol prepositivo por parte de los locales. Arabia Saudita parte como uno de los rivales más accesibles de este Mundial, al ser uno de los peores posicionados en el Ranking FIFA y no contar con una figura referente que brille en la élite del futbol.
Los Osos Tricolores llegan con un récord negativo en los partidos amistosos que han disputado los últimos meses. Una victoria en ocho partidos desde octubre del año pasado ponen en duda la exitosa justa prometida por el técnico Stanislav Cherchesov; sin embargo, los anfitriones se encuentran seguros de sostener una buena participación en el partido inaugural contra los árabes.
"Todos nuestros jugadores han mejorado considerablemente. El entrenamiento de ayermiércoles nos da confianza para luchar", dijo el mandamás ruso el conferencia de prensa previo al partido que dará inicio a la justa veraniega.
El récord es positivo para los anfitriones en el partido inaugural. De los ocho locales que han dado inicio a su Mundial, en cinco ocasiones han salido victoriosos y en tres pactaron el empate.
Rusia tiene en sus manos la oportunidad de reivindicarse ante su gente y dar un partido digno de Copa del Mundo. Lo que lleguen a hacer personalidades como Dzagoev, Smolov o Golovin es clave.
