Emanuel Montejano puede ser el factor que haga resurgir la cantera en el ataque de Pumas. Desde el paso de Eduardo Herrera, el conjunto universitario ha carecido de arietes surgidos de sus fuerzas básicas con al menos siete debutantes que no lograron consolidarse.
En 2011 Herrera consiguió tener su debut con el primer equipo y gradualmente se ganó un lugar en la alineación de los auriazules , al grado de convertirse en titular indiscutible, fue pilar fundamental en la Libertadores de 2016 e incluso estuvo a un paso de consolidarse campeón con este equipo en 2015, pero para su infortunio Tigres les arrebató el título.
Desde ese entonces no se ha conocido una historia similar con los del Pedregal, ya que todos los atacantes terminan con un paso fugaz por el club. En 2012 Alan Sánchez vio su debut y despedida en un Clásico Capitalino; debutar ante América era un escenario de ensueño, mismo que no se repitió más, ya que prácticamente desapareció del radar.
Un año después surgió otro nombre: Daniel Ramírez, aunque su destino no fue distinto. A pesar de que el delantero universitario le anotó a los tres grandes en un mismo torneo, su carrera se vio en declive hasta dejar de figurar, al igual que Santiago Palacios, canterano que en medio de un vaivén entre Europa y México, no volvió más al futbol nacional.
En 2017 Pumas apostó por Bryan Silva, un nuevo juvenil que tampoco consiguió afianzarse en el balompié mexicano, patrón que replicaron Adolfo Hernández y Brian Figueroa, quien es uno de los casos más recientes de las inferiores felinas y que ahora probará suerte con el Atlante, al igual que su compañero Bryan Mendoza, quien figuraba como un prometedor elemento pero que ahora busca minutos con los Potros de Hierro.