Durante los últimos 20 años, los conflictos de intereses que han surgido entre clubes mexicanos y argentinos se han vuelto una costumbre, pues los sudamericanos han recurrido a malas prácticas para sacar ventaja al momento de hacer negociaciones por jugadores.
El más reciente caso, es el que se está suscitando actualmente entre el América e Independiente. El conjunto de Avellaneda busca llevar a cabo una renegociación con las Águilas para librar el adeudo que tienen por el jugador paraguayo, Cecilio Domínguez, quien fue traspasado en 2019 del club mexicano al argentino, quienes hasta la fecha no han logrado liquidar el total de su fichaje.
Además, El Rojo también adeudó a los de Coapa por más de tres años, el fichaje de Silvio Romero, quien fue cedido en 2018, pero que el valor de su traspaso fue cubierto en su totalidad hasta abril de 2021, algo que ha sido un dolor de cabeza para los azulcremas, quienes esperan pronto recibir en sus arcas lo restante por el jugador guaraní, quien ya está de regreso en México con Santos Laguna.
Sin embargo, ha habido otros casos, en los que otros clubes argentinos han jugado sucio, o al menos lo ha intentado a equipos mexicanos. Recientemente, Boca Juniors intentó llevarse al jugador colombiano del América, Roger Martínez; sin embargo, las Águilas que ya habían aprendido la lección con Independiente, no accedieron esta ocasión.
Pues, la entidad xeneize deseaba que Martínez llegara a sus filas a préstamo, pues al acercarse con la directiva azulcrema para negociar, ésta tasó al jugador en 10 millones de dólares, mismos que la escuadra bonaerense no tenía, por lo que de inmediato intentaron regatear y buscar una cesión, misma que les fue negada.
A finales de 2018, Boca se interesó en Ivan Marcone, quien militaba en Cruz Azul, pero como no alcanzaban a cubrir la cantidad requerida para ficharlo, misma que La Máquina estableció, la escuadra argentina recurrió a seducir al jugador, quien, con tal de irse, terminó yéndose por una cantidad menor a la que fue adquirido por los Celestes.
En 2007, Ernesto Farias fue presentado por el Toluca como su refuerzo para el torneo Apertura; sin embargo, a dos semanas del inicio de la competencia el ‘Tecla’ le informó a la directiva que tendría que regresar a Argentina porque su esposa presentó problemas de salud.
Los dirigentes escarlatas le pidieron al jugador que avisara si haría válido el pre contrato. Sorprendentemente, días después, y sin ningún aviso al Toluca, el Porto anunció el fichaje de Ernesto por cuatro años, provocando el enojo tanto de afición, cuerpo técnico y directiva de los Diablos.
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