La nueva era en Cruz Azul no sólo implica retos deportivos, conquistar la elusiva Novena y mantener el protagonismo va de la mano de otra meta fundamental: darle orden económico a La Máquina, objetivo que reconoce Álvaro Dávila, flamante presidente ejecutivo de los cementeros, es vital en su gestión.
El nuevo mandamás celeste pone especial atención en la filosofía de fichajes, que debe eliminar viejos vicios y dar continuidad a las inversiones: “Se creó esa inercia de comprar y comprar jugadores, y ‘seis meses, no me sirves, el que sigue’, porque necesito el resultado ya. Hay que tener paciencia, hay futbolistas a los que se debe esperar, hay que dejarlos que maduren, que se adapten. La cantidad de extranjeros que encuentran un entorno diferente, hay que darles espacio y tiempo.
“Cuántos futbolistas hemos visto que llegan y no pueden con la pelota en un semestre o un año, y al siguiente la revientan ¡y a veces en otro equipo! Se debe limitar eso de estar trayendo y trayendo y regresarlos pagando su salario. Eso se tiene que acabar. Hay que ser más ordenados y coherentes, de la mano de la exigencia. Sí creo que hay que exigirles más, y apoyarlos”, considera el directivo en charla con RÉCORD.
Entre los retos que se traza Dávila, reconoce que el deportivo y el financiero van de la mano, son complementarios, y ocuparán un lugar importante en su gestión.
“El deportivo, cuando te va bien, esconde deficiencias, así como esconde virtudes cuando no hay logros deportivos, entonces hay que equilibrarlo. Y aunque van de la mano, el deportivo es el gran reto, porque se ha puesto mucha presión, en lograrlo ya.
“Este último año fue bueno, por los puntos, se atravesó esa circunstancia tan triste que echó a perder el trabajo de todo un año. Hay que buscar el éxito completo, basado en un orden deportivo de la mano del orden financiero”, reconoce el directivo.