Pese a la partida de Tomás Balcázar tras fallecer la madrugada de este domingo a los 89 años de edad, el futbol mexicano tiene aún representantes de la dinastía Hernández Balcázar, pues Don Tomás se encargó de forjar una familia de tres generaciones de excelentes futbolistas que se han convertido no sólo en referentes en Guadalajara, sino del futbol nacional en general.
Balcázar González, hábil delantero, dejó huella en Chivas desde su debut en 1948 hasta su retiro una década más tarde siempre defendiendo los colores del Rebaño para más tarde acompañar al equipo de sus amores desde el banquillo en la época del Campeonísimo. Con la Selección Nacional disputó el Mundial de 1954 logrando marcar ante Francia.
Fue Javier Hernández Gutiérrez el siguiente encargado en poner el nombre de la familia en alto. Casado con Silvia, la hija de Tomás, Chicharo fue jugador de Tecos, Pubela (donde fue campeón), Atlas y Monarcas, además de mundialista en la Copa del Mundo de 1986.
Javier Hernández Balcázar tomó la batuta en el nuevo siglo, volviéndose ídolo en Chivas desde temprana edad hasta llegar a jugar en grandes equipos de Europa como Manchester United o Real Madrid. Al igual que su padre y abuelo, logró acudir a una Copa del Mundo, representando a México en Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018, volviéndose así el goleador histórico del Tri (52 anotaciones).
Así como lo consiguiera Tomás medio siglo atrás, Chicharito anotó igualmente a Francia en la justa internacional, cumpliendo un destino que podría alargarse a una cuarta generación en caso de Noah (Junio, 2019) decida seguir los pasos de toda una familia futbolistas.