Aficionados rojiblancos fueron objeto de maltratos por parte de la autoridades de Ciudad Juárez, al término del partido entre Bravos y Chivas.
Luego de que el Rebaño venciera a los Bravos por 1-2, los Chivahermanos se instalaron a la salida del autobús tapatío para ovacionar a su equipo, situación que transcurría de forma normal.
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Sin embargo, de un momento a otro el ambiente se tornó hostil cuando un buen número de uniformados arribaron al lugar por orden del personal del club fronterizo, con la intención de vaciarlo.
Con el pretexto de agilizar la salida de Chivas del Estadio Olímpico Benito Juárez, las autoridades recurrieron a linternas y sirenas de patrulla para “aullentar “ de mala manera a los aficionados, incluso detuvieron a algunos por unos cuantos minutos.