¿El problema no era Vucetich? La actuación de Chivas en el Clásico Nacional fue un espejismo y volvió a las andadas al caer por la mínima diferencia frente al Querétaro, último lugar general, en donde Marcelo Michel Leaño hizo cuatro cambios con respecto al partido del fin de semana.
El primer aviso rojiblanco lo dio Uriel Antuna, quien en una recepción a dos tiempos sacó un disparo potente que el arquero Aguerre detuvo sin dificultades.
Querétaro se envalentonó y adelantó líneas, poniendo en severos aprietos al medio campo y defensa del Guadalajara, en donde Raúl Gudiño tuvo una noche de inspiración atajando en cuatro ocasiones en la primera parte a remates de Kevin Escamilla, Kevin Ramírez y Bryan Olivera.
El encuentro tuvo que suspenderse durante más de media hora debido a una tormenta eléctrica, por lo que el silbante decidió parar el partido al minuto 36 de la primera parte para resguardase.
La jugada más clara del Rebaño en el primer tiempo fue obra nuevamente del Brujo, que recibió un pase a la espalda del defensor e intentó rematar cruzado de primera intención; sin embargo, Washington Aguerre recordó y desvió el balón, ahogando el grito de gol de los tapatíos.
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Querétaro puso justicia en el marcador en el arranque de la parte complementaria, ya que en una serie de rebotes en los linderos del área rojiblanca, en donde la suerte favoreció a los locales, en donde Dos Santos encontró un pequeño espacio para sacar un disparo cruzado que venció a Gudiño.
Chivas se volcó al frente para tratar de emparejar la pizarra, donde Querétaro supo sufrir y contener a los rojiblancos a raya, en donde Aguerre fue el héroe cuando Ponce sacó un disparo de media distancia que dio rebote que quedó a merced de César Huerta que impactó de primera, pero el arquero uruguayo se rehízo de inmediato y se quedó con la redonda.
El Rebaño detecto que los disparos de media distancia eran la llave para lastimar a los emplumados, por lo que Antuna insistió y colocó un balón en el poste, pero sin poder abrir el cerrojo queretano.
