‘90 minutos de unión’. El emblema de Veljko Paunović cumplió su cometido, Chivas y su afición se convirtieron en uno solo y consiguieron remontar ante Cruz Azul, consiguiendo un triunfo de 2-1 que los afianza cada vez más entre los mejores cuatro de la clasificación.
Paunović ha sabido trabajar con su plantel tanto en juego como en mentalidad y la prueba está en que el Rebaño mostró una cara diferente en los dos tiempos del partido, al grado de dar un rotundo cambio anímico y de resultado.
La Máquina comenzó cómoda y para desgracia de los rojiblancos, Uriel Antuna fue el encargado de abrir el marcador en la primera mitad del encuentro. Como si hubiera olvidado su pasado chiva, el ‘Brujo’ celebró su anotación frente a los asistentes, besó el escudo de su actual club y se engrandeció en la que alguna vez fue su casa.
Así, con la mínima diferencia se fueron al descanso, pero si Chivas ha demostrado algo es que no dan por perdido ningún partido y a eso salieron, a ganar. Al minuto 55, el capitán tapatío, Víctor Guzmán fue el encargado de volver a equilibrar el marcador, alcanzando los seis goles en este torneo.
El empate bien pudo servir para los rojiblancos, pero la victoria era más conveniente, por lo que Ronaldo Cisneros sentenció el partido con un gol que hizo vibrar el Akron gracias a un descuido de Jesús Corona, quien no pudo controlar el balón en una jugada previa de Alan Mozo, que amenazó su arco.
Los ánimos se calentaron, primero Antonio Briseño se enganchó con algunos jugadores celestes que reclamaban penalti por una supuesta falta sobre Antuna, acción que derivó en un cartón preventivo para el ‘Pollo’; y momentos más tarde los reclamos llegaron a Ramiro Funes Mori, quien terminó por ser expulsado tras recibir dos amarillas en el juego.
Con la pasión desbordándose entre sus aficionados, Chivas sumó su tercera victoria consecutiva la novena bajo el mando del entrenador serbio, resultados que hasta ahora los tienen como sublíderes del torneo, con la mira fija a tener un lugar directo en la Fiesta Grande.