América derrotó con global de 2-3 al Necaxa, para proclamarse por novena ocasión en la era profesional como campeón del futbol mexicano, el 26 de mayo (una fecha que le daría más alegrías al americanismo tiempo después) de 2002 en el Estadio Azteca.
El gol de Hugo Norberto Castillo, que con la narración de Raúl Pérez da un toque especial, puso fin a una sequía de 13 años sin títulos de Liga del América que no conquistaba la competencia desde la temporada 1989-1989 al superar a Cruz Azul. La segunda sequía más larga sin títulos americanistas, después de los 38 años que pasaron los azulcremas sin título desde 1928, en la época amateur hasta su primer éxito en la era profesional en 1966.
El tanto del Misionero fue el segundo gol de oro que determinó a un monarca en México tras la anotación de Alejandro Glaría con el que Pachuca derrotó a La Máquina en el Estadio Azul en 1999. Además, el cabezazo del mediocampista argentino tras un tiro de esquina, sentenció una de las grandes volteretas del América en Finales, pues en el partido de Ida, Necaxa ganó 0-2, pero en la vuelta, Christian Patiño, Iván Zamorano y Castillo marcaron para que el América se alzara con el cetro.
En ese primer duelo entre Águilas y Rayos, uno de los autores de los dos goles fue Luis Roberto Alves 'Zague', máximo anotador en la historia del América con 192 y que marcaría su último tanto como profesional en una Liguilla en aquel juego.
El anotador del tanto con el que América manda a tiempos extra la definición por el título fue obra de Iván Zamorano, uno de los grandes fichajes en la historia del futbol mexicano; el chileno disputó cuatro torneos con los cremas en los que marcó 33 tantos.
En la banca también hubo un duelo especial entre maestro y alumno; Manuel Lapuente venció a Raúl Arias, quien fue asistente de Manolo en Puebla y en Necaxa, justo antes de tomar en definitiva las riendas de los hoy hidrocálidos.
Azulcremas y rojiblancos llegaron como lugares ocho y siete de la tabla respectivamente y aunque los de Coapa actuaron como visitantes administrativos en la Vuelta, el Coloso de Santa Úrsula se pintó de amarillo y azul.
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