El charrúa y su garra. Por segunda semana consecutiva Sebastián Cáceres salió con un golpe en la cabeza del duelo ante Rayados, el defensor central de América requirió de tres puntadas para curar y frenar el sangrado de su ceja.
La nueva herida de Cáceres no impidió que el futbolista abandonara la cancha, aún y cuando Néstor Araujo ya estaba listo para sustituirlo, pero había una razón más por la cuál Sebas no quería salir y es que por primera vez desde qué llegó a México su papá lo estaba viendo desde la tribuna.
"Tiene que ser algo muy grave para que Sebas salga", confirmó una fuente consultada. Si de entrada su sangre y carácter lo hacen dejar todo en la cancha, por supuesto que saber que su familia estaba observándolo en el estadio lo motivaba a seguir firme en el juego.
Hay que recordar que producto de la entrega con la que dispusta cada pelota también contra León la semana pasada salió con una herida que requirió 14 puntos de sutura.