Un factor que ha sido importante para que el América esté levantando el vuelo en este cierre de torneo, son sus extremos: Roger Martínez y Alejandro Zendejas, quienes se han convertido en las alas de este equipo y le han cambiado la cara a su ataque, dándole verticalidad y desequilibrio.
Roger y Zendejas han tomado la batuta y se han consolidado como los extremos que el conjunto americanista necesitaba. Parece que el colombiano por fin se ha asentado en el equipo y encontró su posición pegada a la banda izquierda, luego de jugar como centro delantero, o media punta, donde nunca rindió. Sin embargo, como extremo, se le ha visto más suelto y cómodo, pues ha generado bastante desequilibrio, ha anotado un par de anotaciones y el mismo número de asistencias.
Por su, parte el ex del Necaxa, en su primer torneo ha dejado buen sabor de boca, pues junto a Diego Valdés, es el refuerzo que mejor ha rendido en el equipo, cumpliendo al pie de la letra las funciones por la banda derecha, y hasta el momento lleva tres goles en su cuenta personal y una asistencia.
Para las Águilas no fue fácil encontrar a los encargados de crear juego por las bandas, pues durante un par de años, dar con los indicados fue un calvario, pues probaron a distintos jugadores, invirtieron en refuerzos, pero nada de esto funcionaba.
La problemática de las bandas en Coapa comenzó a inicios del Clausura 2020, cuando Renato Ibarra, quien se desempañaba como extremo por derecha y que desde el 2016 era el dueño absoluto en dicha posición gracias a su buen rendimiento, fue separado del equipo por un problema extracancha.
Fue entonces que comenzó el pesado andar de los azulcremas. Leo Suárez, quien había llegado como refuerzo en ese torneo para hacer competencia con Ibarra, recibió la oportunidad de cubrir el hueco que dejó su compañero, pero nunca rindió como se esperaba, por lo que comenzaron las variantes.
Gio, Sergio Díaz, Sebastián Córdova, Álvaro Fidalgo, Nicolás Benedetti, Mauro Lainez, el regreso de Renato, Juan Otero y hasta Miguel Layún fueron probados como extremos en ambas bandas, pero ninguno rindió como se esperaba.
Incluso, para la presente campaña, el América se dio a la tarea de traer un extremo por derecha, algo que también fue un dolor de cabeza, pues de las cuatro opciones que se tenían sobre la mesa, ninguna pudo concretarse, motivo por el cual Otero terminó llegando.
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