Manuel Negrete tenía casi prohibido hacer goles terrenales. Su condición de acróbata vestido de futbolista le sugería anotaciones imposibles. Hace 35 años con sietes meses, Manolo hizo un tanto de chilena con el que Pumas venció por última vez a Chivas, en Guadalajara.
“Fue un centro por la derecha, que se le pasa a la mayoría; le rebota a Demetrio Madero y la agarro de espaldas, hacia el lado izquierdo de Zuly Ledesma”, recuerda.
A través del tiempo, aquel tanto se perfumó de nostalgia. Aquella victoria con matices sepia, se parece mucho al retrato del oscuro presente….
¿Qué tendría que hacer Pumas para darle la vuelta a este escenario?
Los jugadores tienen la solución, nadie puede hacerlo de afuera si no se conectan para jugar a lo mismo. No es echarle culpas a alguien, las culpas ya están, la mala planeación, las malas decisiones ya se tomaron.
¿Te ha gustado la gestión de Ares de Parga?
Pues él llegó con muchas ganas, con el ánimo de darle oportunidad a los jóvenes, pero se encontró con una cantera que sí tiene cantidad, pero no tiene calidad.
¿Pumas se dejó de preocupar de trabajo de cantera?
Eso no es de Ares de Parga, tiene muchos años, lo dijimos con Mahbub, con Mario Trejo, que se molestaban cuando les decíamos: ‘tenemos que recuperar esos valores y trabajar con Fuerzas Básicas’. Yo fui director de actividades deportivas y me acerqué con Memo Vázquez y me dijo: ‘no, no , ya estamos completos, ahorita no vamos a hacer más trabajo’. Mientras tengamos esa comodidad, no sales y estás en una oficina todo el tiempo, no van a llegar jugadores.
Entiendo que el problema de Pumas no es de hoy sino de hace algunos años…
No es un equipo de amigos, como venía siendo desde hace muchos años. De pronto se hizo de amigos de todos por las conveniencias familiares y quitaron a los que tenían un perfil para dirigir. Eso tiene muchos años, con Ares de Parga se quitó un poquito ese tipo de cosas.
¿A quien recuerdas que haya formado parte esos amiguísmos?
Bueno, por supuesto que por ejemplo Memo Vázquez. Cuando estaba el Tuca decía: ‘sigue Memo’; yo decía ¿por qué sigue Memo si había un grupo de trabajo? Normalmente cuando hay un grupo de trabajo debe seguir otro grupo de trabajo. Por supuesto, las cuestiones familiares dijeron: ‘él sigue y él va’. O sea quitaron a toda la gente que podía aspirar a dirigir para que fuera directamente entrenador. Hizo un grupo de personas que eran amigos. Quitaron a mucha gente que tenía mucha capacidad Pareja López, Lopez Zarza, Pablo Luna…
Claro, cortaron un proceso…
Desde hace muchos años se fue haciendo ese grupo, llamaron a amigos, llamaron a gente, se protegían, les interesaba, porque no había ningún problema, nadie les exigía un resultado.
¿Qué sensación te da que Sergio Egea esté rodeado de rumores en torno a que en 2004 le cobraba a los futbolistas por jugar?
No puedo decir, porque no me consta, pero si Horacio Sánchez estuvo en ese momento, debe de haber algo. La gente tuvo ese conocimiento. Es lamentable que pase eso en el futbol profesional, pero existe, existe, porque pues bueno estamos en el medio…
¿Qué calificación le das a esta mitad de torneo auriazul?
Cinco, cinco, están reprobados por los resultados. Me gustaría calificarlos con diez, con excelencia académica, pero no se puede por los resultados. No es nada más sacar jugadores por sacarlos. Es sacar jugadores para que te resuelvan los problemas.
