Marc Crosas anuncia a RÉCORD su nuevo destino. El mediocampista irá cedido un año al Tenerife, de España, con varios deseos en la maleta. “Me voy a jugar, a hacerme importante otra vez y regresar a mi país, porque soy mexicano”, sentencia.
La primera opción de Crosas era permanecer en México, pero no entró en los planes de Cruz Azul por el “capricho” de Tomás Boy, quien nunca le dio la cara ni puso sobre la mesa algún argumento futbolístico.
“Me voy por circunstancias, me voy convencido, porque me parece una muy buena opción para seguir con mi carrera, pero soy mexicano y tarde o temprano quiero regresar”, refiere.
Las voluntades se han alineado y Cruz Azul le dará todas las facilidades al catalán, naturalizado mexicano, para retomar el ritmo, después de haber dejado atrás la lesión en la rodilla derecha, que lo apartó nueve meses de los campos.
“No sé si me voy para regresar a corto plazo o a largo plazo, pero ésta es mi casa, éste es mi país, estoy convencido de que me va a ir bien, estoy muy contento de la decisión que tomo, pero ésta es mi casa”, subraya Marc.
Se recuerda que La Máquina no le permitió entrenar al parejo del equipo en la pretemporada y tuvo que ejercitarse de manera independiente en La Noria, donde hacía trabajos en gimnasio.
Por las tardes, Crosas ‘entrenaba a doble sesión’ en el parque con su hijo y cuando visitaba las instalaciones celestes, lo hacía vestido de negro, en protesta por su separación injustificada desde lo deportivo, luego de haberse recuperado y haber charlado con Tomás Boy, quien le había prometido tenerlo en cuenta, si Cruz Azul avanzaba a la Liguilla.
“Llevo cuatro años y medio, casi cinco aquí, con todo lo que me ha dado este país, con lo bien que he estado aquí. Tanto profesional como personalmente no tenía ninguna intención de irme, pero lo haré para ser importante otra vez”, concluye el jugador que le costó 4 millones de dólares a un Cruz Azul que prefiere pagarle su sueldo antes que utilizarlo en la cancha, como medida “incomprensible”, tras los mandatos del Jefe Boy.