A Cruz Azul se le sigue negando el triunfo. Tomás Boy ya hizo de todo para remediar la situación, pero los tres puntos siguen sin llegar al cuadro capitalino que tuvo a merced a los Gallos Blancos de Querétaro que pese a quedar con un hombre menos al minuto 66 soportaron el vendaval de llegadas que generó el rival para empatar sin goles, en un juego que por momentos fue de ida y vuelta.
Dicen que el futbol es de rachas y los Cementeros no logran entrar en una positiva a pesar de que su volumen de juego es superior, dominan la pelota e imponen el ritmo del partido, la pelota se encapricha en no rodar a su favor y se ve reflejado en la falta de contundencia del equipo y por ende el gol sigue siendo una carencia.
La Máquina llegó por las bandas, por el centro, por arriba, por abajo, tiraron de larga distancia, terminaron el juego con los centrales instalados en media cancha, pero ni así pudieron hacerse presentes en el marcador y al final de cuentas el resultado terminó dejando las mismas sensaciones que en las cuatro jornadas pasadas: un equipo que domina, llega pero no la mete.
Los queretanos se mantuvieron a la expectativa durante todo el partido, calculando lo que haría el rival y merodearon el área aunque exigieron poco a Jesús Corona, que sin embargo tuvo dos atajadas importantes que evitaron la caída de su marco para llevarse un punto de regreso a casa.
Boy dio un cambio importante sobre todo al ataque de su equipo, buscando variantes con Jonathan Cristaldo y Aldo Leao. El argentino tardó en entrar al partido y cuando lo hizo se acomodó jugando de poste y alternando posición con Jorge Benítez aunque el gol no llegó.
El próximo sábado los Cementeros enfrentarán a Santos en una oportunidad más para ganar su primer partido, pues no pueden dejar ir más tiempo ya que no hay que olvidar que el fantasma del descenso los está acechando.