“Chivas es mi vida". Raúl Torres ha dejado atrás los viajes constantes para alentar al Rebaño por todo el mundo para ahora dedicarse a su familia; sin embargo, los colores rojo y blanco siguen siendo para él y sus hijos “una religión”.
“Irle a Chivas más que una tradición, es una religión. No es lo mismo vivirlo en estadio que en casa, aquí en el estadio te olvidas de todo, de una mala semana, si no tienes dinero, si estás enfermo. Aquí vienes a alentar con todo y a olvidarte de todo”, indicó el aficionado rojiblanco.
Para el señor Torres su amor por el Guadalajara es una herencia familiar, misma que fue creciendo con el paso de los años e inclusive formar parte de La Insurgencia, uno de los grupos de animación más importantes del Guadalajara.
“Es la herencia de mi papá es una tradición familiar, desde mi papá y mis abuelos. No te la imponen ellos, te lo inculcan desde niño.
“Anteriormente yo estaba en la barra La Insurgencia y viajaba cada ocho días o cada 15 a Guadalajara o a dónde fuera el equipo. Ahora con la familia y con los hijos es un poquito más complicado”, puntualizó.
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Pese a su amor por Chivas, Raúl Torres se casó con una aficionada a Pumas, algo que para él es lindo debido a lo que han compartido; sin embargo, considera que lo más importante es el Guadalajara.
“Mi vieja le va a los Pumas y es divertido, hemos tenido la oportunidad de viajar a Guadalajara o a ir al Estadio de CU. Nos ha ido mal, nos ha ido bien, pero siempre viajar en familia es lo más bonito.
“Chivas es mi vida", finalizó el fiel aficionado tapatío.
