Transcurrieron 143 días desde la última ocasión en que Pablo Aguilar disputó un partido oficial con el América, terminando contra el Pachuca con esa marca.
Desde el calentamiento, el zaguero paraguayo estuvo sonriente, por momentos nervioso por el inminente regreso a la actividad tras la polémica sanción sufrida el 8 de marzo en Octavos de Final de Copa MX.
“Parecía mi debut, emocionado y contento. Se dio y ahora lo importante es que estoy de vuelta y solamente hay que pensar en lo que viene”, puntualizó el defensor a su salida del estadio.
Gracias a su experiencia, Aguilar se mostró solvente en la zaga desde la primer jugada, en donde su liderazgo quedó manifestado durante cada instante de los 90 minutos.
Al paraguayo se le notó inseguro al momento de que el silbante marcaba una infracción en contra de las Águilas, ya que pese a su veteranía, permaneció alejado del colegiado y por ende no reclamó en varias jugadas.
El esfuerzo dentro del terreno de juego fue grande para el defensa sudamericano, que en todo momento gritó, acomodó a sus compañeros en la defensa e inclusive se sumó al ataque en cada jugada de pelota detenida.
“Era raro estar afuera y le dolía a uno, pero siempre quise estar con los compañeros apoyando, trabajando”, finalizó Aguilar.
Tras la salida de Oribe Peralta por decisión técnica, Pablo tomó el rol de líder absoluto en el terreno de juego al portar el gafete de capitán para los últimos minutos del encuentro.
Así fue el regreso del líder en la defensa azulcrema y que será uno de los pilares de Miguel Herrera en su regreso al Nido.
