La bronca con la que terminó el Clásico Nacional entre Chivas y América no quedó sólo en la cancha, sino también llegó hasta los vestidores del estadio rojiblanco.
De acuerdo con fuentes consultadas por RÉCORD en el seno del Rebaño Sagrado, dentro del túnel que va de la cancha a los vestidores, los jugadores del América encabezados por Darwin Quintero continuaron con las burlas hacia los elementos de las Chivas.
Las risas y las palabras de Quintero causaron demasiada molestia en Omar Bravo, capitán del Rebaño, y en Guido Bonini, preparador físico del Guadalajara, quien estaba ‘calientito’ por el resultado y tras irse expulsado a los 57’ por agredir verbalmente al juez de línea.
Bravo fue hacia el vestidor de las Águilas para hablar con Ricardo Peláez, presidente deportivo azulcrema; la conversación fue subiendo de tono, lo que ocasionó que de nueva cuenta se hiciera una serie de empujones en donde los americanistas acusan una supuesta agresión sobre Peláez.
En un principio se acusó a Omar Zarif como el agresor, pero el auxiliar técnico rojiblanco lo único que hizo fue separar a Bonini, quien era el más enojado por la situación que se vivió en el Clásico Nacional.
Tras esta serie de empujones a las afueras del vestidor de los capitalinos, se cerró la puerta y los elementos del Rebaño se fueron a su vestuario para enfriarse del enojo que les causó perder y tras las burlas del delantero colombiano y las Águilas.
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