Alemania y Francia firmaron un empate a cero en el primer partido de la Liga de Naciones, en un duelo en el que los dos porteros, Manuel Neuer y Alphonse Areola, evitaron que el encuentro concluyese con goles.
Los dos equipos salieron al campo con una disposición extremadamente prudente, para evitar que el contrario tuviera espacios para organizar jugadas de ataque y concentrados en no cometer errores.
Francia mostró una formación y un planteamiento que se había visto durante el Mundial, dejándole la iniciativa al contrario y alternando fases de trabajo predominante defensivo, esperando posibilidades de contragolpe, con las que intentaba presionar en la mitad contraria.
Por su parte, Alemania, tal vez un poco a su pesar, tenía claras ventajas en la posesión de balón pero arriesgaba poco lo que no era una sorpresa ya que el seleccionador, Joachim Löw, había anunciado que la prioridad era mejorar el trabajo defensivo tras la catástrofe vivida durante el Mundial.
Pasó más de en cuarto de hora antes de que uno de los dos equipos rematase a puerta. Fue Alemania, con disparo dentro del área de Timo Werner que paró Areola sin mayores problemas, el cuadro que dio primero la ilusión de que el partido podía ser otra cosa.
Francia necesitó hasta el minuto 34' para su primer remate a puerta, pero éste fue una buena ocasión, con un cabezazo de Giroud, a centro de Kanté, que obligó a una buena parada al meta Manuel Neuer.
En el segundo tiempo el partido se abrió un poco. Francia salió del vestuario en un plan más activo y tuvo unos primeros minutos de presión.
En el 49', Antoine Griezmann remató desde buena posición pero el disparo fue demasiado centrado y no representó problema alguno para Neuer.
Más tarde, en el 64, el principito lo volvió a intentar, esta vez desde fuera del área, obligando a Neuer a una buena estirada.
Después, se vivió una fase de dominio alemán con varias buenas ocasiones y varias excelentes intervenciones de Areola; sin embargo, al final del tiempo reglamentario el invitado de honor no llegó al cotejo.