El St. James' Park se convirtió en escenario de un épico enfrentamiento entre el Newcastle y el West Ham, un duelo que quedará grabado en la memoria de los aficionados por su intensidad y emoción desbordante.
Desde el pitido inicial, ambos equipos se lanzaron al ataque con determinación, buscando abrir el marcador y tomar el control del partido. Fue el Newcastle quien logró romper el empate inicial gracias a un penalti convertido por Aleksadr Isak en el minuto 6, desatando la euforia en las gradas.
Sin embargo, la alegría local se vio rápidamente empañada cuando Michail Antonio, del West Ham, igualó el marcador en el minuto 21, aprovechando un preciso pase de Lucas Paquetá para batir al portero rival. Pero el equipo visitante no se conformó con eso y aumentó la presión sobre el Newcastle, logrando ponerse por delante antes del descanso con un polémico gol de Kudus, tras una jugada que generó controversia por la situación de un jugador del Newcastle en el suelo.
El Newcastle se vio entonces en la difícil situación de remontar un marcador adverso, pero el West Ham no dio tregua y amplió su ventaja al inicio del segundo tiempo con un gol de Bowen, complicando aún más las cosas para los locales.
Parecía que el destino del partido estaba sellado a favor del West Ham, pero el Newcastle demostró una fortaleza mental impresionante. Con el ingreso de Harvey Barnes en el minuto 67, el equipo local encontró un nuevo impulso y comenzó su épica remontada.
El punto de inflexión llegó en el minuto 75, cuando Isak transformó otro penalti para recortar distancias y devolver la esperanza a su equipo. A partir de ahí, el Newcastle se lanzó al ataque con todo y encontró su recompensa en el minuto 83, cuando una brillante asistencia de Isak permitió a Barnes marcar el gol del empate, desatando la euforia en el estadio.
Pero el Newcastle no se conformó con el empate y continuó presionando en busca de la victoria. Fue Barnes quien se erigió como el héroe del partido, anotando un golazo con un potente derechazo en el minuto 89, desatando la locura entre los aficionados locales.
A pesar de quedar con un jugador menos por la expulsión de Gordon, el Newcastle resistió los últimos embates del West Ham y logró asegurar una victoria increíble por 4-3, que les permite mantener vivas sus aspiraciones en la Premier League.