Un gran gol de Casemiro y otro de Modric premiaron la mejoría del Real Madrid, que venció por 2-0, a base de empuje y buen futbol, a un Sevilla que extendió su mala racha en el Santiago Bernabéu, un estadio en el que lleva doce derrotas seguidas.
El Sevilla achicaba, nervioso con el balón, pero sin sufrir en exceso. Los centros que culminaban los ataques madridistas no encontraban rematador. Vinicius era el que inventaba algo diferente, pero Vaclík respondía con firmeza a los 6 minutos tras un disparo del brasileño. Le falta mejorar la definición.
Ben Yedder condujo el balón con velocidad y dejó solo a Escudero, que perdonó el mano a mano ante Courtois. Su disparo acabó en el lateral de la red. La jugada dejó tocado al portero belga, que chocó con Carvajal, recién recuperado de un problema muscular. En el banquillo, sin Keylor Navas lesionado, estaba Luca Zidane.
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Fueron momentos de clara mejoría de imagen del Real Madrid, los mejores desde la llegada de Solari, pero sin gol. El Sevilla se convirtió en vulnerable y Machín buscó soluciones en el banquillo sin éxito. Promes para ganar velocidad y Munir para tener más presencia ofensiva, pero su equipo no existió en la segunda parte.
Solari miró a su banquillo y sólo le quedaba encomendarse a Isco. La distancia entre ambos se acortó por segundos, con un gesto del técnico al jugador pidiéndole tensión y palmada en la espalda.
Le necesita y espera su reacción. Tuvo trece minutos para resucitar su magia. Y de golpe llegó el premio a la fe del Real Madrid. Casemiro firmó un derechazo desde 30 metros y puso el 1-0 en el marcador.
En plena euforia local, llegó el tanto que premió el gran partido de Modric. Carriço cometió un grave error en la salida del balón, el croata se lo robó y no perdonó, y amplió el marcador en un triunfo muy necesitado por el Real Madrid y que aumenta las dudas del Sevilla.