La fundación del Chelsea, a la que Roman Abramovich pasó la administración del equipo por las malas relaciones entre Rusia y Reino Unido, aún no se ha hecho cargo del club por complicaciones legales.
Los dirigentes de la fundación tienen dudas sobre si es compatible dirigir una asociación caritativa en el Reino Unido al mismo tiempo que un equipo de futbol, como sería el caso si asumen el mando del Chelsea.
Abramovich, con este movimiento, decidió echarse a un lado mientras se alargue la guerra entre Rusia y Ucrania, pero continúa siendo el dueño del club inglés.
Preguntado Thomas Tuchel sobre cómo afectará esta decisión al equipo, el alemán dijo que no trastocaría "nada" su día a día, según lo que había hablado con Marina Granovskaia, mano derecha de Abramovich y gestora del equipo.