La orden de prolongar la prohibición de reuniones masivas de público en Alemania hasta finales de agosto socava las intenciones de las autoridades del futbol alemán de reanudar la Bundesliga en mayo sin espectadores.
El anuncio hecho el miércoles por la canciller Angela Merkel, vedando reuniones de más de dos personas en público para tratar de contener el coronavirus, también afectaría el inicio de la próxima temporada de la Bundesliga, programado para agosto entrante.
Tras consultas entre Merkel y los gobernadores de los 16 estados federados del país sobre reducir las medidas restrictivas, Markus Söder de Bavaria señaló que “la Bundesliga no se mencionó”, dando a entender que tienen mayores prioridades que el futbol. Los clubes volverán a reunirse el 23 de abril para analizar cómo terminar la temporada antes del 30 de junio.
La Bundesliga, cuyo último partido se jugó el 11 de marzo, confiaba retomar la actividad en mayo sin la presencia de aficionados. Pero la cantidad de personal que se necesita movilizar en un solo estadio (jugadores de los dos equipos, entrenadores, médicos y los agentes de seguridad para mantener alejado a los fanáticos) también subraya que jugar sin público representa ser una tarea enorme.
Lo que complica la situación para la DFL (las siglas de la liga alemana) es que cada uno de los 16 estados podría establecer sus propios parámetros para jugar. Es muy previsible que se adopten medidas distintas, lo que significaría que se podrían disputar algunos partidos y otros no.
El presidente de la federación alemana Fritz Keller anticipa graves consecuencias: “No creo que el mapa del futbol alemán siga igual tras la crisis del coronavirus”, dijo Keller la semana pasada. “Vamos a perder a algunos (clubes), y creo que mientras esto continúe, vamos a tener más bancarrotas en el futbol profesional”.