Borussia Dortmund se clasificó como primero del Grupo A para los Octavos de Final de la Liga de Campeones con un triunfo sin brillo en Mónaco (0-2) y favorecido por el empate del Atlético de Madrid en Brujas.
Mario Götze, capitán en el Luis II, avisó a los tres minutos, y al cuarto de hora una buena acción de ataque de bloque acabó con perfecto pase de Maximilian Philipp que remató a puerta vacía el portugués Raphael Guerreiro.
Era un partido plácido para el conjunto germano, que sin forzar en exceso la máquina era dueño absoluto del partido, aunque poco a poco fue perdiendo el control y el Mónaco empezó a creer algo en sí mismo, tanto que Diallo y Falcao, antes del descanso, y Glik, al poco de volver de los vestuarios, estuvieron cerca de lograr el empate.
El Dortmund bajó notablemente su rendimiento en el segundo periodo. El Mónaco le discutió la posesión y Benaglio apenas pasó por apuros, sobre todo porque las pocas veces que llegó el equipo germano no tuvo acierto, como una magnífica internada del marroquí Achraf Hakimi que envió a las nubes Philipp.
Henry comenzó a mover el banquillo. Primero suplió a Falcao por Sylla, dio la alternativa continental al hijo de una leyenda como Lilian Thuram, el joven Kephren Thuram-Ulien, y a Julien Serrano.
Favre, ante la mayor oposición monegasca y la necesidad de afirmar el bloque en el tramo final, introdujo a Marius Wolf y a Paco Alcácer, al delantero español a falta de once minutos.
Pero ante la falta de experiencia del Mónaco nunca peligró la victoria del Borussia Dortmund, que despejó cualquier duda que pudiera haber a los 88 minutos con el segundo tanto de la cuenta de Raphael Guerreiro, que puso la guinda a un buen partido en el aspecto personal y que en la prolongación entregó el testigo a una de las perlas de la cantera del futbol español, Sergio Gómez.