Madrid nunca imaginó que albergar la final de la Champions donde llegaron dos equipos ingleses, Tottenham y Liverpool, sería tanto caos.
La ciudad acostumbrada a recibir muchos turistas, está al borde del colapso porque más de 100 mil personas decidieron arribar a la capital española.
La mayoría vestidos con playera roja abarrotaron los bares de Plaza de Armas y Puerta del Sol para tomar cervezas como agua y cantar hasta que la garganta no pudiera más.
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La policía de Madrid los vigila de cerca, las autoridades creían que recibirían 70 mil aficionados, este viernes eran 30 mil más de lo imaginado.
Los de Tottenham no se quedan atrás, llegaron para tratar de conseguir un boleto, portan carteles con mensajes en español aunque no entienden mucho el idioma y negocian con las manos.
Los boletos que costaban cuatro mil pesos en el sorteo de la UEFA alcanzan más de cien mil pesos, los que costaban 25 mil se adquieren arriba de los 350 mil pesos. Un partido para millonarios, dicen los ingleses, aunque aún así rascan en sus ahorros para pagarlo.
Madrid tiene un cerco de tres plazas para disfrutar de las amenidades de la Champions, entre ellos algunos conciertos como el de Sebastián Yatra el pasado jueves, Dimitri Vegas ayer y Carlos Vives para antes del juego este sábado.
El partido no será transmitido en pantallas gigantes en el centro de Madrid, las autoridades no llegaron a un acuerdo, para cumplir con salvaguardar la integridad de los asistentes.
Por eso los bares sufrirán gran demanda por todos los fanatices del futbol que no pudieron conseguir el ansiado ticket.