En una noche de gran expectativa en Hong Kong, la ausencia de Lionel Messi en el partido amistoso entre el Inter Miami y un combinado local desató la indignación de los más de 38 mil asistentes. Jonathan Wong expresó su decepción, afirmando sentirse "un poco engañado" ya que todos estaban allí para presenciar la actuación del astro argentino.
Al final del encuentro, el entrenador Gerardo Martino aclaró que Messi y Luis Suárez no jugaron debido a lesiones previas en los partidos de la gira por Arabia Saudita. Martino se disculpó, reconociendo la decepción de los aficionados y explicando las circunstancias de las lesiones.
La ciudad de Hong Kong se rindió a la "Messimanía" desde el anuncio del encuentro, con entradas agotadas en menos de una hora, a pesar de los precios que oscilaban entre 880 y 4 mil 800 dólares hongkoneses. Los carteles rosas, el color del Inter Miami, inundaron la ciudad promocionando el partido con imágenes de Messi, Suárez, Busquets y Alba, ninguno de ellos en el once titular.
A pesar de la gran expectación, en el partido Messi ni siquiera se vistió de corto, generando descontento entre los aficionados que clamaban su presencia. La decepción se tradujo en expresiones como "Queremos a Messi" por parte de la afición cada vez más inquieta.
Incluso, durante el juego, los presentadores alimentaban la esperanza de la entrada de Messi desde el banco en la segunda mitad, pero esto no sucedió. La polémica escaló al gobierno de la ciudad, que expresó estar "extremadamente decepcionado" y anunció medidas para recuperar parte de los fondos otorgados al organizador del evento.
La controversia alcanzó incluso al copropietario del Inter Miami, David Beckham, quien, al intentar agradecer al público por su apoyo al final del partido, apenas pudo hacerse escuchar debido al descontento generalizado. La situación llevó a la reflexión de los aficionados, algunos comprensivos ante las circunstancias de las lesiones, mientras otros expresaban su pesar y deseo de reembolso.