La infalibilidad de Harry Kane desde el punto de penalti le dio a Inglaterra una sufrida victoria ante Suiza, que perdonó en la primera parte y luego se rindió en la segunda ante los ingleses en un partido amistado celebrado en Wembley.
El seleccionador inglés Gareth Southgate presentó una selección experimental, con tres jugadores (Guehi, Conor Gallagher, Walker-Peters) que hacian su debut como titulares procedentes de equipos de clase la clase media, Southampton y Crystal Palace, que no han aportado tradicionalmente muchos jugadores al equipo nacional.
Con la lesión del central John Stones en el calentamiento, quizás era inevitable que Inglaterra produjera una primera parte desordenada con poca cohesión, especialmente en el último tercio del campo, donde la precisión y la velocidad de cuerpo y mente son esenciales.
Suiza sintió los nervios y la vacilación de Inglaterra, y pronto comenzó a atacar con confianza. Dominaron gran parte de la posesión y encontraron frecuentes espacios, especialmente por su lado derecho.
Embolo fue una presencia directa que causó muchos problemas a la defensa inglesa, y Shaqiri se mostraba creativo con gran variedad de pases.
Los suizos ya habían mostrado su intención y amenazado la portería de Inglaterra en varias ocasiones, con Pickford realizando alguna parada de mérito, antes de que Shaqiri centrase muy bien desde el pico del área para que Emobolo saltara entre dos defensas de Inglaterra, ante el fallo de Ben White, para colocar un cabezazo en la red.
El gol sólo sirvió para aumentar la confianza suiza y continuaron creando ocasiones. Pickford desvió con una mano milagrosa un remate de Frei que desvió al larguero. Inglaterra no podía dar continuidad a sus posesiones, y Kane y Foden no influían apenas en el juego.
Sin embargo, al filo del descanso, un error suizo al regalar el balón cerca del área derivó en un centro de Gallagher que llegó a Luke Shaw, quien fusiló al borde del área para conseguir un empate afortunado con su primer tiro a puerta.
La segunda parte se abrió con una dinámica similar. Una Suiza mandona, que no se dejaba intimidar por el escenario de Wembley, ante una Inglaterra que pagaba la inexperiencia de muchos de sus componentes.
El carrusel de cambios al cuarto de hora de comenzar la segunda mitad contribuyó a mejorar la cara de los locales.
Y en el minuto 75, un penalti más que discutible, decretado por el árbitro tras revisarlo en el VAR, por manos a Zuber a la salida de un córner, le sirvió a Kane, siempre fiable desde la pena máxima, para darle a su equipo la ventaja definitiva.
Suiza no tuvo ya apenas capacidad de reaccionar y hasta el final los ingleses impusieron un fútbol control para impedir que la victoria se escapase de Londres.