Inglaterra recuperó el gol perdido en sus últimos encuentros y se hizo con el triunfo ante una Gales que echó de menos la potencia en ataque de Gareth Bale (3-0).
Gareth Southgate aprovechó el amistoso para dar minutos a jugadores no habituales en la selección y estos le respondieron con una sólida actuación. El debutante Dominic Calvert-Lewin se estrenó con gol, el décimo de la temporada para él, Connor Coady y Danny Ings completaron la goleada en el primer partido de la selección en Wembley en once meses.
Como homenaje a todo este tiempo sin el paso de los 'Three Lions' por el templo inglés, se guardó un minuto de silencio por los exjugadores de la selección y los aficionados fallecidos durante la pandemia.
Una vez que arrancó el partido, los ingleses comenzaron acogotados y encerrados en su campo, contra una Galés que se sentía cómoda con la pelota, pero que, sin sus dos mejores jugadores, Gareth Bale y Aaron Ramsey, sufría para probar al meta Nick Pope.
Lo que le faltaba a los de Ryan Giggs arriba lo exhibía sin problemas en Inglaterra. Llegó la primera vez y Calvert-Lewin se quedó delante del meta galés, pero al regatearle se quedó sin ángulo y no pudo culminar.
A la segunda que tuvo el ariete del Everton ya no perdonó. Caracoleo de Jack Grealish, centro al corazón del área pequeña e inapelable remate de cabeza.
Inglaterra estaba mandando sobre el campo y Gales parecía un juguete en sus manos. No era un asedio, pero es que a los de Southgate no les hacía falta. Con apenas un par de pinceladas más maquillaron el duelo ante su vecino.
En una falta lateral, Kieran Trippier centró el balón al segundo palo, paseándose por delante de toda la defensa galesa, y Coady apareció para meter la bota y hacer el segundo.
Con los Dragones Rojos aún tiritando, otra jugada a balón parado supuso el 3-0. Córner desde el flanco izquierdo, dejada en el segundo palo y chilena de Ings en la frontal del área pequeña.