Un gol maradoniano del brasileño Douglas Costa en el tiempo añadido dio la victoria a la Juventus ante un correoso Lokomotiv (1-2) que mereció al menos el empate en un partido en el que los locales contaron como aliado no con el 'general invierno', sino con el diluvio que asoló la capital rusa.
En una acción de ver para creer, corría el minuto 93 cuando Douglas Costa recibió el balón en la banda derecha. Se fue en velocidad de cuatro jugadores, combinó con Higuaín al borde del área, se fue de otros dos rivales y batió al portero local con un sutil disparo bajo las piernas.
Fue el gol que certificó la clasificación matemática del equipo italiano a los Octavos de Final de la Liga de Campeones.
Mientras, los locales salieron con un equipo más ofensivo de lo habitual. De poco sirvió, ya que un fallo garrafal del brasileño Guillerme a los tres minutos cambió la suerte del partido nada más empezar.
El disparo de falta de Cristiano Ronaldo, que estaba muy escorado, no presentaba ninguna dificultad para el portero, pero la lluvia hizo que al cancerberose le escurriera el balón entre las manos y se le colara por debajo de las piernas. Ramsey empujó el esférico a gol en la misma línea de meta.
Todos esperaban que los rusos cayeran presos del nerviosismo, pero reaccionaron con personalidad. Después de unos buenos ataques que demostraron que el punto débil del Campeón italiano es la defensa, el equipo de los Ferrocarriles de Rusia empató el partido.
Cuando el empate parecía inevitable, y ya sin Cristinano en el campo, apareció Douglas Costa y resolvió el duelo en el tiempo añadido con una jugada de antología.