Este viernes, la leyenda del fútbol alemán, Franz Beckenbauer, fue sepultado en el cementerio de Perlacher Forst en Múnich. La ceremonia, íntima y familiar, contó con la presencia de su viuda Heidi y sus hijos Thomas, Michael, Joel y Francesca. El ataúd reposa cerca de la tumba de su hijo Stephan y sus padres, marcando el reencuentro final de la familia en este lugar de descanso.
Un reducido grupo de periodistas y equipos de televisión asistieron al cementerio para presenciar la despedida de Beckenbauer. La familia buscó mantener la ceremonia lo más privada posible, en respeto a la privacidad del ícono del fútbol alemán.
De igual forma, en el partido entre Bayern Múnich y el Hoffenheim, ambos equipos llevaron brazaletes negros y se guardó un minuto de silencio en honor a Beckenbauer.
El 19 de enero, se planea un extenso homenaje en Allianz Arena, transmitido en vivo por la Primera Cadena de la Televisión Alemana (ARD). Mientras tanto, en la Residenz y el ayuntamiento de Múnich, se han dispuesto libros de condolencia para aquellos que deseen rendir tributo al gran Beckenbauer.
El primer ministro bávaro, Markus Söder, ha anunciado la consideración de organizar un acto fúnebre por parte del estado federado de Baviera, evidenciando el reconocimiento institucional a la figura del ídolo del fútbol.