Los brotes de Covid-19 en el AZ Alkmaar y el PSV Eindhoven han llevado a los entrenadores a cuestionar los protocolos de la federación neerlandesa y la UEFA para controlar el Coronavirus.
“¿Qué hacemos si un futbolista tiene que ir al hospital, o si termina en una Unidad de Cuidados Intensivos? ¿Seguiremos jugando al futbol?”, se preguntó el pasado domingo Roger Schmidt, técnico del PSV Eindhoven, en la rueda de prensa posterior a la derrota de su equipo ante el Vitesse (2-1).
El PSV Eindhoven saltó al campo a pesar de que ocho de sus jugadores habían dado positivo por Covid-19. Como consecuencia, Schmidt convocó a dieciséis futbolistas y en el banquillo solo pudo contar con cuatro jugadores de campo y un portero suplente.
“Estoy preocupado por la salud de los jugadores y de sus familias”, se lamentó el técnico, cuya derrota en el campo del Vitesse le ha costado al PSV Eindhoven el liderato de la Eredivisie neerlandesa.
“Hacemos todo lo que podemos y obedecemos todas las reglas. Incluso así hubo tres nuevos positivos en las últimas pruebas”, dijo Schmidt, que concluyó que “el virus es incontrolable”.
El PSV Eindhoven ya sufrió los estragos del coronavirus en la previa del partido de Liga Europa contra el Granada, que ganó el conjunto nazarí el pasado jueves por 1-2. Los neerlandeses no pudieron contar para ese encuentro con cinco jugadores -Eran Zahavi, Jordan Teze, Pablo Rosario, Cody Gakpo y Maxime Delanghe- que habían dado positivo.
Otro equipo neerlandés que ha sufrido la Covid-19 es el AZ Alkmaar, que viaja la próxima semana a San Sebastián para enfrentarse contra la Real Sociedad en un partido de la fase de grupos de la Liga Europa.
Los neerlandeses vencieron al Nápoles en la primera jornada de la competición (0-1) a pesar de que trece jugadores dieron positivo, lo que obligó al entrenador Arne Slot a sumar a varios canteranos para completar la plantilla que viajó a Italia.
La UEFA establece que un partido puede seguir adelante siempre y cuando el club afectado por un brote tenga disponibles al menos doce jugadores de campo y un portero de la primera plantilla.
El protocolo seguido por la Real Federación Neerlandesa de Futbol establece que los jugadores deben hacerse una PCR en la previa de los partidos. Los resultados de estas pruebas pueden tardar hasta 24 horas en saberse, por lo que los futbolistas contagiados habrían podido infectar en los entrenamientos a otros que no lo estaban.
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