El Chelsea ya está en su primera final del año, la de la Copa de la Liga, tras despachar sin miramientos a sus vecinos londinenses del Tottenham, a quienes volvió a batir, con la preciosa ayuda del VAR, en el segundo partido de las Semifinales.
En la disputa por el primer título de la temporada se enfrentará el próximo 27 de febrero al vencedor de la eliminatoria entre el Liverpool y los también londinenses del Arsenal, que tuvo que ser retrasada por la covid.
Los Spurs partían con el reto mayúsculo de convertirse en el segundo equipo capaz de remontar una desventaja de más de un gol en las semifinales de esta competición. Y no es que comenzaran asediando la portería de sus vecinos, pero si había algún debate sobre la suerte de la eliminatoria tras el 2-0 de Stamford Bridge, este quedó zanjado a los 18 minutos de juego.
Primero Werner con una vaselina desviada y después Lukaku con un disparo franco que paró Gollini, los Blues avisaban de lo que acabaría llegando en el minuto 18, cuando en un córner el portero de los Spurs "cantó" calamitosamente y se tragó el envío de Mount. El central Rüdiger entró con todo y remató con la espalda. Defectuoso, pero suficiente para introducir la pelota en una portería desierta, gentileza del guardameta italiano cedido por el Atalanta.
Del Tottenham no hubo noticias hasta pasada la media hora, cuando Hojberg y Kane disfrutaron de dos ocasiones consecutivas que se fueron por poco. Y allí donde no llegaban los Spurs por juego, tampoco le alcanzaba con el videoarbitraje. Hasta dos penaltis y un gol decretados por el trencilla Marriner fueron revocados a su paso por el juicio de la moviola.
El primero de ellos, una clara falta de Rüdiger sobre Hojberg que casi todo el estadio vio fuera del área, menos el árbitro, enmendado por el VAR.
A los once minutos de comenzar la segunda parte, el VAR volvió a enmendar una acción limpia de Kepa ante Moura y poco después corrigió de nuevo al árbitro por un gol que Kane había realizado en posición de fuera de juego. De allí hasta el final, el Tottenham lo siguió intentando sin excesiva fe, mientras el Chelsea se dejaba llevar.
Con un Kepa muy acertado para detener los últimos intentos de los Spurs se llegó al final de un partido que certificó la superioridad en Londres de los Blues, que ya tienen una final en el bolso.