El orgullo del futbol español lo salva, de momento, el Real Madrid en la Liga de Campeones, que contuvo el poderío ofensivo del Atalanta, castigó sus errores y recuperó autoridad en una competición en la que no entiende de imposibles.
Desde el orden y la concentración. Desde la solidaridad y una mayor calidad individual. También desde una renuncia a su identidad habitual, con un sistema defensivo que, curiosamente, aumentó su pegada, el Real Madrid accede tres años después a los cuartos de final exhibiendo una imagen repleta de firmeza.
Tardó 18 minutos el equipo de Zidane en armar su primera llegada y 27 en mostrar que podía dañar al Atalanta. Todo nacía de las carreras de Vini y la imaginación de Benzema. Le dejaba un pase de oro para marcar de primera, pero el brasileño quiso asegurar, controlar primero y se topó con dos defensas cuando debió adelantar a su equipo en el marcador.
Había sido un aviso para mermar la confianza del Atalanta. Su portero se encargó del resto. En la ida, la crítica se cebó con Gollini. Provocó su suplencia y Sportiello no lo mejoró. Despejó a Modric, dejando desguarnecida una defensa en fase de salida, y ese balón es un regalo para el mago croata que aguantó al único defensa antes de poner en bandeja el tanto a Benzema.
Si los riesgos del Atalanta ya eran grandes por la derrota de la ida, no le quedaba otro camino que aumentarlos en el segundo acto. Ese nuevo paso adelante dejó más metros en un escenario perfecto para Vinicius. Iniciando en su área inventó una jugada de genio, exhibiendo velocidad, dejando rivales atrás. Lo bordó todo, con la pausa final para el recorte final tras su tremenda carrera, y definió tan mal como siempre. Cruzó en exceso la acción que olía a sentencia.
Pero si algo tiene el brasileño es personalidad. Con descaro la volvió a pedir y a desequilibrar. Fue derribado dentro del área por Tolói y el penalti que se le resiste al Real Madrid en Liga, llegó en la 'Champions' para que Sergio Ramos dejara su sello antes de marcharse del campo. La eliminatoria estaba resuelta con el segundo pero el equipo de Zidane notó la salida de su capitán. Fue cuando apareció Courtois, siempre fiable, con dos paradas a Zapata.
No corría peligro el pase ni con el gran gol de falta de Muriel. Sportiello con una gran intervención y el poste, evitaron el doblete en sendos testarazo seguidos de Benzema. Y para poner el broche apareció Marco Asensio con un gol que necesitaba. Cinco minutos esperando en banda para sumarse al partido. 30 segundos para mandar a la red, de zurda, el primer balón que tocó. El Real Madrid recupera la autoridad en Europa.